Yo, Sombra, Seúl

Las calles de Seúl  ya se han vuelto mis amigas.  Hoy salí de casa a eso de las 10 pm mas o menos, fui a un riachuelo que queda a unos 20 minutos.  Un riachuelo debajo de una autopista.  Esos espacios verdes invaden la ciudad, pero hay algo artificial en ellos, no son reales. Este por ejemplo tiene varias rutas para correr, montar bicicleta o maquinas para ejercicio, pero el olor a putrefacción en algunos pedazos y los indigentes preparándose comida en el riachuelo o bebiendo, te hacen volver a pisar tierra.  No en todos lados puedes ver esos hermosos edificios cuando corres, pero luego te das cuenta que por la construcción de esos edificios muchos pagaron, el ambiente y los que están mas abajo, muy abajo.  

Empecé a correr a eso de las 10 y 7, pase a varios indios que corrían también, luego vi a varias parejas de mas de 50 anos correr, tal vez alguna cara conocida.  Mientras corría me perdía en los anuncios brillantes de los edificios y en mi respiración.  Correr libera en cierto modo, no puedes pensar mucho en nada, necesitas cierta concentración.  Yo me distraía con las hermosas luces, y pensaba tan diferente es esto a Colombia.  El solo hecho de que Seul este a 800 metros sobre el nivel del mar, la hace idónea para correr, 22 grados, el clima ideal, también pensaba en la polución, será que no me estaré haciendo daño...

No creía poder llegar a este estado de disfrute de la inestabilidad, que sea lo que sea, tráiganlo, estoy lista y soy feliz.  Soy anónima, no soy nada, no soy nadie y me encanta.  A veces pienso que soy una extrovertida muy rara, porque me cansa interactuar con la gente, pero también disfruto de esa interacción.  Pensaba, si estuviera corriendo en un gimnasio, tendría gente mirándome, juzgándome, entrenadores acosándome para que les compre sus planes, hombres chequeándote.  Mejor correr en el anonimato, siendo una sombra.  

Corrí durante 40 minutos, las rodillas me truenan un poco, es un dolor ciego, me da miedo salir lesionada, se que tengo que ir al médico, pero lo ignoro.  Regrese a casa, ya caminando, era yo la que chequeaba, la que juzgaba.  De regreso, me cruce con dos chicas coreanas, comiendo caramelos, con una chica india, que al parecer iba al mismo lugar, pase por el KAIST, una de las mejores universidades del mundo, el portero me chequeo un poco cuando metí la mano en mi bolsillo.  Luego pase por una tienda y con las mismas salí, había mucha gente.

Revise los precios de un café manga que hay cerca de casa, 4 horas 6000 won mas un americano, no esta mal, no esta mal querer comprar tranquilidad y armonía.  Puedes recostarte en un sillón y consentirte con tu novi@.  Otra vez de vuelta a casa, reviso Kakao y Tinder, nuevos mensajes.  Me desvisto y como algo que deje listo antes de irme.  Ya son las 11 y 30 pm. 

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